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oraciones a santa brigida

Por la espada de mal que entonces atravesó el alma de tu Muy santa e Inmaculada Madre, que te compadezcas de nosotros en todas nuestras aflicciones y tribulaciones tanto corporal como espiritual, y que nos asistas en cada prueba, especialmente en la hora de nuestra muerte. Su experiencia de fe, la pasión por Cristo y La Virgen María lo atestiguan el rosario que la santa creó y sus frases, enlazadas a las gracias particulares prometidas por Jesús para esos que las recen. «Bendito seas, Señor mío Jesucristo, que con tu preciosa sangre y con tu sagrada muerte, has redimido las almas y las has devuelto misericordiosamente desde este exilio a la vida eterna» (Santa Brígida). Creo en el Espíritu Beato, la santa Iglesia católica, la comunión de los beatos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Herid mi corazón, a fin de que mis lágrimas de amor y penitencia me sirvan de pan, día y noche. Y que mi conversación Os resulte satisfactorio.

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Corona De Los Siete Dolores De La Virgen María

Una de sus visiones fue ver a la Vírgen María colocarle una corona en su cabeza o ver frente ella a Jesús torturado en la cruz. Estas experiencias marcarían para el resto de su historia a Brígida. Tras casi veinte años de espera vino por fin a Roma el papa Urbano V, dando su aprobación a la Orden brigidina, si bien con tantas limitaciones que desfiguraban sustancialmente la imagen que de la misma había bosquejado la Santa. Por otro lado, el Papa se volvió a Francia, a pesar de las súplicas insistentes de Santa Brígida para que no lo hiciera. Santa Brígida debió proseguir su estancia en Roma y no volvería ya a conocer mucho más su tierra. 5.- Quince integrantes de su familia van a ser comprobados y preservados en felicidad .

Por esta amarga Pasión, y por la efusión de Vuestra hermosa Sangre, Os suplico, Oh muy dulce Jesús, que recibáis mi alma, cuando yo esté sufriendo en la agonía de mi muerte. (Nuestro Señor mismo le dictó las frases a la santa. El alma puede seleccionar a otras tres personas a fin de que Jesús les brinde un estado de felicidad. Estas oraciones fueron recomendadas por el Señor a Santa Brígida en una de sus visiones. El Papa Clemente XII y el Papa Inocencio X, avalaron estos rezos oficialmente para la Iglesia Católica como revelaciones venidas del Señor. Conocida como Santa Brígida de Suecia, Brígida Bigersdotter, fue una religiosa católica, teóloga y escritoria sueca.

Su padre la casó con Ulf, hijo de otro gobernante. Tuvieron un matrimonio feliz que duró 28 años. Sus hijos fueron 8, cuatro hombres y cuatro mujeres. Una de sus hijas fue Santa Catalina de Suecia. Otros dos se portaron muy bien, y Carlos fue un pícaro que la logró sufrir toda la vida.

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oraciones a santa brigida

Bendito seáis Vos, mi Señor Jesucristo, que por salvarnos dejasteis traspasar tu costado y corazón, y del mismo costado derramasteis copiosamente vuestra hermosa sangre y agua para redimirnos, y antes que el juez concediese licencia, no quisisteis que fuera bajado de la cruz tu sacratísimo cuerpo. Gloria os resulte dada, Señora mía Virgen María, que teniendo una repudiable morada, cual es un establo, visteis llegar de lejanas tierras poderosos reyes para sugerir humildemente con suma reverencia óbolos regios a vuestro Hijo, al cual presentasteis después en el templo con vuestras hermosas manos, y en tu bendito corazón conservasteis cuidadosamente todo lo que habíais oído y visto en su niñez. Así pues, la fe en el poder de este inusual Patrón, acompañada de la oración perseverante, van a ser los canales a través de los que el Sagrado Corazón de Jesús va a hacer descender su divina gracia sobre nuestros sufrimientos. 3.- Se rezan las quince frases cada día, no una oración cada día. Por tu sin limites compasión y piedad, y acordándote de tu promesa al buen ladrón arrepentido, al mencionarle que aquel mismo día estaría contigo en el Paraíso, ¡Oh salud y alimento de nuestra alma! Muéstranos esta misma clemencia en la hora de nuestra muerte.

Brígida oró por él y en un sueño se le apareció San Dionisio a decirle que se le concedía la curación, con tal que se dedicase a una vida santa. El marido curó y entró de espiritual cisterciense y unos años después murió santamente en el convento. Dios se le manifestó y ella acogió dócilmente el designio divino en su vida. Fue un instrumento fiel e influyó mucho en la renovación de la Europa de su tiempo.

Esta experiencia hizo madurar los consejos que daría en distintas oportunidades a príncipes y soberanos para el acertado desempeño de sus tareas. Pero los primeros en favorecerse de esto fueron, como es obvio, sus hijos, y no es casualidad que una de sus hijas, Catalina, sea venerada como santa. Es famosa sobre todo como mística y creadora de la orden del Santísimo Salvador. Pero no se debe de olvidar que vivió la sección primera de su vida como una laica alegremente casada con un cristiano piadoso, con el que tuvo ocho hijos. Al proponerla como patrona de Europa, pretendo que la sientan cercana no únicamente quienes han recibido la vocación a una vida de particular consagración, sino más bien también esos que fueron llamados a las ocupaciones ordinarias de la vida laical en el planeta y, más que nada, a la alta y difícil vocación de conformar una familia cristiana. Espejo de la Verdad, Sello de la Unidad.

Tu preciosa sangre fue derramada como el jugo de la uva bajo el lagar. Deseo expresarte mi gratitud y alegría por tu bondad y amor hacia quienes te procuramos como mensajera ante el Padre, Gloriosa Santa Brígida de Suecia, suplica para que a través de tu mediación, el buen Dios ponga su mirada sobre mi ser, conceda lo que solicito en esta oración y me devuelva la promesa perdida y la alegría que el planeta me ha negado. Cuando tenía siete años ensayo una visión de la Santa María Virgen, lo que la hizo arrimarse mucho más a la religión. Sintió un deseo profundo por la estudiar y entender la pasión de Cristo, lo cual fue la clave de su vivencia espiritual. Santa Brígida es una santa católica cristiana nacida en Suecia en el seno de una familia de buena situación social, ya que su padre era el gobernador de la provincia de Uplandia. Oh Señora mía Virgen María, Madre de todos; sea por siempre y en todo momento alabado Dios Padre, juntamente con el Hijo y con el Espíritu en su incomprensible majestad por ese sacratísimo santuario de todo tu cuerpo, en el cual descansó suavísimamente el Hijo de Dios, a quien alaba en los cielos todo el ejército de la ciudad de los ángeles, y toda la Iglesia adora respetuosamente en la tierra.

Vos sois el Tesoro de toda alegría y dicha verídica, que Les solicito concederme en el Cielo. Concedednos la felicidad de recibir con dignidad Vuestro Sacratísimo Cuerpo y Sangre Preciosísima a lo largo de nuestra vida, y asimismo en el momento de la desaparición para servir de antídoto y consuelo a nuestras ánimas. Recuerda cuando contemplaste en la Luz de tu Divinidad, las ánimas de los predestinados que serían rescatados por los méritos de tu Sagrada Pasión, asimismo viste aquella tremenda multitud que sería sentenciada por sus pecados. Oh Jesús mío, en memoria de esos atroces tormentos que padeciste por nosotros antes de la crucifixión, concédenos antes de morir un verdadero arrepentimiento de nuestros pecados, que tengamos la posibilidad satisfacer por ellos, que hagamos una santa confesión, te recibamos en la Santísima Eucaristía, y de este modo, alimentada nuestra alma, tengamos la posibilidad volar hacia Ti.

• Brígida ve realizarse ese deseo brevemente, ya que Urbano V vuelve a Roma solo por un breve periodo de tiempo.

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